Éxodo 18:20- 23 Y enseña a ellos las ordenanzas y las
leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. Además escoge tú de entre todo el pueblo
varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la
avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de
cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto
grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la
carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo. Si esto hicieres, y Dios te lo
mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su
lugar.
1 Samuel 8:1-
3 Aconteció que habiendo Samuel
envejecido, puso a sus hijos por jueces sobre Israel. Y el nombre de su hijo primogénito fue Joel, y
el nombre del segundo, Abías; y eran jueces en Beerseba. Pero no anduvieron los hijos por los caminos
de su padre, antes se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y
pervirtiendo el derecho.
Salmos 119:37 Aparta mis ojos, que no vean la vanidad;
Avívame en tu camino.
Proverbios 28:16 El príncipe falto de entendimiento
multiplicará la extorsión; Mas el que aborrece la avaricia prolongará sus días.
Jeremías 6:13 Porque desde el más chico de ellos hasta
el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el
sacerdote, todos son engañadores.
Jeremías 22:17
Mas tus ojos y tu corazón no son sino para tu avaricia, y para derramar sangre
inocente, y para opresión y para hacer agravio.
Ezequiel 22:12, 13 Precio recibieron en tie para derramar
sangre; interés y usura tomaste, y a tus prójimos defraudaste con violencia; te
olvidaste de mí, dice Jehová el Señor. Y
he aquí que batí mis manos a causa de tu avaricia que cometiste, y a causa de
la sangre que derramaste en medio de ti.
Ezequiel 33:31 Y vendrán a ti como viene el pueblo, y
estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán
por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos
de su avaricia.
Marcos 7:21- 23 Porque de dentro, del corazón de los hombres,
salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los
homicidios, los hurtos, las avaricias,
las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia,
la insensatez. Todas estas maldades de
dentro salen, y contaminan al hombre.
Lucas 12:15 Y les dijo: Mirad,
y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la
abundancia de los bienes que posee.
Romanos 1:28- 32 Y como ellos no aprobaron tener en
cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no
convienen; estando
atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad;
llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de
Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los
padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios,
que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino
que también se complacen con los que las practican.
Efesios 5:3- 7 Pero fornicación
y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni
truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o
inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de
Dios. Nadie os engañe con palabras
vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de
desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos.
Colosenses 3:5- 14 Haced morir, pues, lo terrenal en
vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y
avaricia, que es idolatría; cosas por
las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en
otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas
estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra
boca. No mintáis los unos a los otros,
habiéndoos despojado del viejo hombreb con sus hechos, y revestido del nuevo,c el cual conforme a la
imagen del que lo creód se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni
incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo,
y en todos. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de
entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de
paciencia; soportándoos unos a otros, y
perdonándoos unos a otrose si alguno tuviere queja contra otro. De la manera
que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que
es el vínculo perfecto.
1 Tesalonicenses 2:3- 6 Porque nuestra exhortación no procedió
de error ni de impureza, ni fue por engaño, sino que según fuimos aprobados por Dios para
que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los
hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones. Porque nunca usamos de palabras lisonjeras,
como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo; ni buscamos gloria de los hombres; ni de
vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo.
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Dos
notas en un mismo libro una que dice a los sacerdotes Hebreos que debían
congregarse y otra que habla sobre lo que no debían hacer.
Hebreos 10:25 no dejando
de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto
veis que aquel día se acerca.
Hebreos 13:5
Sean vuestras costumbres sin
avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré…
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2 Pedro 2:1- 3 Pero hubo también falsos profetas entre
el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán
encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató,
atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa
de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con
palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se
tarda, y su perdición no se duerme.
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