Nos
ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero
1 Juan 5:20 Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido,
y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el
verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios, y la vida eterna.
Nuestra comunión verdaderamente es con el
Padre, y con su Hijo Jesucristo
1 Juan 1:3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos,
para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión
verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.
Y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de
todo pecado
1 Juan 1:5- 7 Este es el mensaje
que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas
en él. Si decimos que tenemos comunión
con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz,
tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia
de todo pecado.
Si decimos que no hemos
pecado, le hacemos a él mentiroso
1 Juan 1:8- 10 Si decimos que no
tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en
nosotros. Si confesamos nuestros
pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de
toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su
palabra no está en nosotros.
Cristo, nuestro abogado
1 Juan 2:1, 2
Hijitos míos,
estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado
tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros
pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el
mundo.
El que dice: Yo le conozco,
y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso
1 Juan 2:3- 6 Y en esto sabemos
que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus
mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que
guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado;
por esto sabemos que estamos en él. El
que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
1 Juan 2:9- 11 El que dice que está
en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su
hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en
tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le
han cegado los ojos.
Porque todo lo que hay en
el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la
vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
1 Juan 2:15- 17 No améis al mundo,
ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre
no está en él. Porque todo lo que hay en
el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la
vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios
permanece para siempre.
El anticristo viene, así ahora han surgido
muchos anticristos
1 Juan 2:18, 19 Hijitos, ya es el
último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han
surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de
nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con
nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.
1 Juan
2:22, 23 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que
Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene
al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.
1 Juan 2:20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y
conocéis todas las cosas.
1 Juan 2:21 No os he escrito como si ignoraseis la
verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad.
1 Juan 2:29
Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia
es nacido de él.
Hijos de Dios
1 Juan 3:1
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de
Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
Aún no se ha manifestado lo
que hemos de ser
1 Juan 3:2, 3
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que
hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a
él, porque le veremos tal como él es. Y
todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él
es puro.
Infringe también la ley
1 Juan 3:4 Todo aquel que comete pecado, infringe
también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.
Todo aquel que peca, no le
ha visto
1 Juan 3:5,
6 Y sabéis que él apareció para
quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca;
todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.
El que practica el pecado
es del diablo
1 Juan 3:8,
9 El que practica el pecado es del
diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de
Dios, para deshacer las obras del diablo.
Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la
simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
El que hace justicia es
justo, como él es justo
1 Juan 3:7 Hijitos, nadie os engañe; el que hace
justicia es justo, como él es justo.
Todo aquel que no hace justicia
1 Juan 3:10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y
los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su
hermano, no es de Dios.
Caín, que era del maligno y
mató a su hermano
1 Juan 3:12 No como Caín, que era del maligno y mató a su
hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su
hermano justas.
El que no ama a su hermano,
permanece en muerte
1 Juan 3:14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a
vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en
muerte.
Nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos
1 Juan 3:15,
16 Todo aquel que aborrece a su
hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente
en él. En esto hemos conocido el amor,
en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras
vidas por los hermanos.
1 Juan 3:17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a
su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor
de Dios en él?
1 Juan 3:18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de
lengua, sino de hecho y en verdad.
1 Juan 3:19-
21 Y en esto conocemos que somos de
la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él; pues si nuestro corazón nos reprende, mayor
que nuestro corazón es Dios, y él sabe todas las cosas. Amados, si nuestro corazón no nos reprende,
confianza tenemos en Dios;
Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos
de él
1 Juan 3:22 y cualquiera cosa que pidiéremos la
recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que
son agradables delante de él.
Y este es su mandamiento
1 Juan 3:23,
24 Y este es su mandamiento: Que
creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos
lo ha mandado. Y el que guarda sus
mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él
permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
El Espíritu de Dios y el
espíritu del anticristo
Todo
espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios.
Ellos
son del mundo; por eso hablan del mundo.
1 Juan 4:1-
6 Amados, no creáis a todo
espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos
profetas han salido por el mundo. En
esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha
venido en carne, es de Dios; y todo
espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y
este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y
que ahora ya está en el mundo. Hijitos,
vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en
vosotros, que el que está en el mundo.
Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a
Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu
de verdad y el espíritu de error.
1 Juan 4:7-
12 Amados, amémonos unos a otros;
porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a
Dios. El que no ama, no ha conocido a
Dios; porque Dios es amor. En esto se
mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito
al mundo, para que vivamos por él. En
esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él
nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros
pecados. Amados, si Dios nos ha amado
así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos
unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en
nosotros.
1 Juan 4:15 Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo
de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
1 Juan 4:18
En el amor no hay temor; mas el perfecto amor echa fuera el temor;
porque el temor conlleva castigo. Y el que teme, no ha sido perfeccionado en el
amor.
1 Juan 4:20, 21
Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso;
porque el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a
quien no ha visto? Y nosotros tenemos
este mandamiento de Él: Que el que ama a Dios, ame también a su hermano.
1 Juan 5:2, 3 En
esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y
guardamos sus mandamientos. Porque éste es el amor de Dios, que guardemos
sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.
1 Juan 5:4- 13
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y ésta es la
victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo
de Dios? Éste es el que vino mediante
agua y sangre, Jesucristo; no mediante agua solamente, sino mediante agua y
sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la
verdad. Porque tres son los que dan
testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo; y estos tres
son uno. Y tres son los que dan
testimonio en la tierra; el Espíritu, el agua, y la sangre; y estos tres
concuerdan en uno. Si recibimos el
testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor; porque éste es el
testimonio de Dios que Él ha dado acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo de Dios, tiene el
testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso; porque no
ha creído en el testimonio que Dios ha dado de su Hijo. Y éste es el testimonio: Que Dios nos ha
dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.
El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no
tiene la vida. Estas cosas os he
escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis
que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.
1 Juan 5:14,
15 Y ésta es la confianza que
tenemos en Él, que si pidiéremos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos
oye. Y si sabemos que Él nos oye en
cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos
hecho.
1 Juan 5:16
Si alguno viere a su hermano cometer pecado no de muerte, pedirá, y Dios
le dará vida; digo a los que pecan no de muerte. Hay pecado de muerte, por el
cual yo no digo que se pida.
Toda maldad es pecado
1 Juan 5:17 Toda maldad es pecado; mas hay pecado no de
muerte.
1 Juan 5:19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero
yace en maldad.
1 Juan 5:18 Sabemos que cualquiera que es nacido de
Dios, no peca, porque el que es engendrado de Dios, se guarda a sí mismo, y el
maligno no le toca.
Dios amó al mundo dando a
su hijos para la salvación de los pecadores.
Se
dice que Dios amó al mundo dando a su hijos para la salvación de los pecadores,
por medio de la fe puesta en su Hijo Amado, ya que el Eterno no va a volver a
hacer tan portentoso sacrificio, eso es irrepetible, la mediación entre Dios y
los hombres se hizo por medio del Mesías en la cruz, por todos fue llevado a
matadero, por medio de cruento sacrificio, a través de las heridas de su cuerpo
rompio el velo del Templo, del Lugar Santísimo para que todos a través de sus
heridas tuviésemos acceso al lugar donde
está el Padre por medio del Espíritu y
en el Secreto de la habitación, porque es allí donde empieza la verdadera
relación con el Eterno.
El
Eterno a lo largo de la historia se ha
REVELADO a los hombres y ha dado a conocer su plan de Salvación: primeramente a
su Pueblo y a los gentiles que quisiesen volverse a las tadiciones y ritos
hebreos y luego de forma más tardía al resto de la humanidad y es en la persona
del Mesías donde esto se ha hecho posible como único MEDIADOR entre Dios y los
hombres, quien no ve en Jesucristo hombre, la figura mesiánica queda expuesto a
Juan 3: 36.
María
no puede ser mediadora porque simplemente ella no murió en la cruz por su
pueblo y la humanidad, ella ni ningún otro fue inmolada en el CALVARIO como el sacrificio dado para la
redención, ni puede ser la reina del Cielo porque ese título lo tiene la Falsa
diosa Asera. Los atributos dado a María proceden del paganismo y de religiones
satánicas y no de la creencia surgida del propio Mesías.
El
ISLAM no acepta ningún tipo de mediador entre Allah y los hombres y por eso niega
las cualidades propias del Mesías como Redentor del mundo y sacrificio para el
perdon de los pecados, asi que niegan al Mesías a pesar que lo reconocen como
un simple profeta: Lucas 12:9 mas el que me negare delante de los
hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. 1 Juan 5:1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo,
es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que es
engendrado por Él.
Lucas 4:18- 21
El Espíritu del Señor está sobre mí: Por cuanto me ha ungido para dar
buenas nuevas a los pobres: Me ha enviado para sanar a los quebrantados de
corazón: Para predicar libertad a los cautivos: Y a los ciegos vista: Para
poner en libertad a los quebrantados:
Para predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y
se sentó: Y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en Él. Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido
esta Escritura en vuestros oídos.
Lucas 4:23-
30 Y les dijo: Sin duda me diréis
este refrán: Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído haber
sido hechas en Capernaúm, haz también aquí en tu tierra. Y dijo: De cierto os digo, que ningún profeta
es acepto en su tierra. Pero en verdad
os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo
fue cerrado por tres años y seis meses, en que hubo una gran hambre en toda la
tierra; pero a ninguna de ellas fue
enviado Elías, sino a Sarepta de Sidón, a una mujer viuda. Y muchos leprosos había en Israel en tiempo
del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpio, sino Naamán el
sirio. Entonces todos en la sinagoga
fueron llenos de ira, oyendo estas cosas;
y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la
cumbre del monte sobre el cual la ciudad de ellos estaba edificada, para
despeñarle. Pero Él, pasando por en
medio de ellos, se fue.
Lucas 4:43, 44
Pero Él les dijo: Es necesario que también a otras ciudades yo predique
el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido enviado. Y predicaba en las sinagogas de Galilea.
Lucas 5:31, 32 Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están
sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a
pecadores al arrepentimiento.
Lucas 6:46 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no
hacéis lo que yo digo?
Palabra Poderosa en tiempo
de angustia
No
soy DIGNO para que entres en mi casa pero di la PALABRA y seré sano.
En
un tiempo cercano a la muerte fue la manera en que Dios me dio una respuesta
inmediata estando al borde de la muerte el me volvió a la vida.
Lucas 7:6-
9 Entonces Jesús fue con ellos. Y
cuando ya no estaban lejos de su casa, el centurión le envió unos amigos,
diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi
techo; por lo que ni siquiera me tuve
por digno de venir a ti; mas di la palabra, y mi siervo será sano. Porque también yo soy hombre puesto bajo
autoridad, y tengo soldados bajo mi cargo; y digo a éste: Ve, y va; y al otro:
Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y
volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he
hallado tanta fe.
Lucas 8:38,
39 Y aquel hombre de quien habían
salido los demonios le rogaba que le permitiese estar con Él; mas Jesús le
despidió, diciendo: Vuélvete a tu casa,
y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por
toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.
Lucas 8:43-
48 Y una mujer que tenía flujo de
sangre hacía ya doce años, la cual había gastado en médicos todo cuanto tenía,
y por ninguno había podido ser curada,
llegándose por detrás, tocó el borde de su manto; y luego se estancó el
flujo de su sangre. Entonces Jesús dijo:
¿Quién me ha tocado? Y negando todos, dijo Pedro y los que estaban con él: Maestro,
la multitud te aprieta y oprime, y dices: ¿Quién me ha tocado? Y Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque sé
que ha salido poder de mí. Entonces,
viendo la mujer que no se había ocultado, vino temblando, y postrándose delante
de Él le declaró delante de todo el pueblo por qué causa le había tocado, y
cómo luego había sido sanada. Y Él le
dijo: Hija, ten buen ánimo; tu fe te ha sanado; ve en paz.
Lucas 9:56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para
perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.
Lucas 9:57,
58 Y aconteció que yendo ellos, uno
le dijo en el camino: Señor, te seguiré a dondequiera que fueres. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas,
y las aves del cielo tienen nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene donde
recostar su cabeza.
Y guardaos de la avaricia
Lucas 12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de la avaricia;
porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
Repósate, come, bebe,
regocíjate
Lucas 12:16-
21 Y les refirió una parábola,
diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho; y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué
haré, porque no tengo dónde almacenar mis frutos? Y dijo: Esto haré; derribaré mis graneros, y
los edificaré mayores, y allí almacenaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes
almacenados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen
a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es
rico para con Dios.
Lucas 12:31
Mas buscad primeramente el reino de Dios, y todas estas cosas os serán
añadidas.
No temáis, manada pequeña
Lucas 12:32- 34
No temáis, manada pequeña; porque a vuestro Padre le ha placido daros el
reino. Vended lo que poseéis, y dad
limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en el cielo que no se
agote; donde ladrón no llega, ni polilla corrompe. Porque donde está vuestro tesoro, allí
también estará vuestro corazón.
Lucas 12:40
Vosotros, pues, también, estad apercibidos; porque a la hora que no
penséis, el Hijo del Hombre vendrá.
Lucas 12:51 ¿Pensáis que he venido a la tierra a dar
paz? No; sino disensión.
Herodes te quiere
matar.
Lucas 13:31-
33 Aquel mismo día vinieron unos
fariseos, diciéndole: Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar. Y Él les dijo: Id, y decid a aquella zorra:
He aquí, echo fuera demonios y hago sanidades hoy y mañana, y al tercer día
seré consumado. Sin embargo, es
necesario que camine hoy, y mañana, y pasado mañana; porque no es posible que
un profeta muera fuera de Jerusalén.
Lucas 13:34,
35 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas
a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise
juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no
quisiste! He aquí, vuestra casa os es
dejada desierta; y de cierto os digo que no me veréis hasta que venga el tiempo
cuando digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.
No puede ser mi discípulo.
Lucas 14:33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no
renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Lucas 16:9-
12 Y yo os digo: Haceos amigos de
las riquezas de maldad, para que cuando fallareis, os reciban en las moradas
eternas. El que es fiel en lo muy
poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en
lo más es injusto. Pues si en las
riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién
os dará lo que es vuestro?
Lucas 16:13,
14 Ningún siervo puede servir a dos
señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y
menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Y oían también todas estas cosas los
fariseos, los cuales eran avaros, y se burlaban de Él.
Lucas 16:15 Y les dijo: Vosotros sois los que os
justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros
corazones; porque lo que los hombres tienen en alta estima, delante de Dios es
abominación.
El uno será tomado, y el
otro dejado.
Lucas 17:31-
36 En aquel día, el que estuviere
en la azotea, y sus pertenencias en casa, no descienda a tomarlas; y el que en
el campo, asimismo no vuelva atrás.
Acordaos de la esposa de Lot. Cualquiera que procurare salvar su vida,
la perderá; y cualquiera que la perdiere, la salvará. Os digo que en aquella
noche estarán dos en una cama; uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una
será tomada, y la otra dejada. Dos
estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado.
Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo
que poseo.
Lucas 18:10-
14 Dos hombres subieron al templo a
orar; uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oró
consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias, que no soy como los otros
hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de
todo lo que poseo. Mas el publicano estando lejos no quería ni aun alzar los
ojos al cielo, sino que golpeaba su pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí,
pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro;
porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será
enaltecido.
Y no cobrará Dios venganza
por sus escogidos
Lucas 18:7,
8 ¿Y no cobrará Dios venganza por
sus escogidos, que claman a Él día y noche, aunque sea longánimo para con
ellos? Os digo que presto cobrará
venganza por ellos. Pero cuando el Hijo del Hombre viniere, ¿hallará fe en la
tierra?
Y también a aquellos mis
enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y degolladlos
delante de mí.
Lucas 19:11-
27 Y oyendo ellos estas cosas, Él
prosiguió y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y porque
pensaban que pronto había de ser manifestado el reino de Dios. Dijo, pues: Un hombre noble partió a una
provincia lejos, para tomar para sí un reino, y volver. Y llamó diez siervos suyos y les dio diez
minas, diciéndoles: Negociad entre tanto que vengo. Pero sus ciudadanos le
aborrecían, y enviaron tras de él una embajada, diciendo: No queremos que éste
reine sobre nosotros. Y aconteció, que
vuelto él, habiendo tomado el reino, mandó llamar a sí a aquellos siervos a los
cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. Y vino el primero, diciendo: Señor, tu mina
ha ganado diez minas. Y él le dice:
Bien, buen siervo; pues que en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre
diez ciudades. Y vino otro, diciendo:
Señor, tu mina ha ganado cinco minas. E
igualmente dijo a éste: Tú también sé sobre cinco ciudades. Y vino otro, diciendo: Señor, he aquí tu
mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; porque tuve miedo de ti, que eres hombre
severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. Entonces él le dijo: Mal siervo, de tu boca
te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego
lo que no sembré; ¿por qué, pues, no
diste mi dinero al banco, para que al venir yo, lo hubiera recibido con los
intereses? Y dijo a los que estaban
presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene diez minas. Y ellos le dijeron: Señor, tiene diez
minas. Pues yo os digo que a todo el
que tiene le será dado; mas al que no tiene, aun lo que tiene le será
quitado. Y también a aquellos mis
enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y degolladlos
delante de mí.
1 Juan 5:21 Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.
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